El impacto psicológico de este tipo de agresiones no es el mismo en todas las mujeres, puesto que depende de muchos factores individuales como la edad, el equilibrio psicológico anterior, el apoyo social actual, las relaciones afectivas, etc.
Sin embargo, el cuadro clínico más frecuentemente identificado en estas víctimas es el trastorno de estrés postraumático. Ahora bien, existen una serie de síntomas característicos más frecuentes en los tres primeros meses, que son:
— Ansiedad generalizada.
— Disminución del deseo sexual, otras disfunciones sexuales.
— Fobias.
—Pensamientos obsesivos en relación con la agresión: pesadillas, pensamientos recurrentes…
— Disminución de la actividad social, lúdica, laboral…
—Síntomas psicofisiológicos: problemas gastrointestinales, genitourinarios, disminución del apetito, fatiga…
— Sentimiento de baja autoestima.
A medio y largo plazo, los síntomas más frecuentes son:
— Ansiedad fóbica.
— Pensamientos obsesivos.
— Depresión